El 8 de septiembre de 1875 es el comienzo de la obra de San Arnoldo Janssen, allí inicia la Congregación de los Misioneros del Verbo Divino – SVD.
En la misa inaugural en Steyl, Arnoldo Janssen, pronunció estas palabras:
“Si algo resulta de todo esto, Dios lo sabe, daremos gracias a Dios. Si no resulta, golpearemos humildemente nuestro pecho y confesaremos que no fuimos dignos de la gracia…”.
Hoy sabemos que la obra se alumbró y produjo a lo largo de estos 141 años innumerables frutos.
Arnoldo Janssen, unos meses antes de su muerte, rezó al Espíritu Santo así:
“Que Él conceda después de mi muerte: que otros estén en mi lugar, y mis hijos e hijas te imploren según mi mente, y que unidos y con todas sus fuerzas, siempre te glorifiquen y fomenten su obra cada vez más, ya que yo trabajé pobremente por ello”.
El Espiritu Santo respondió a esta oración de forma maravillosa, porque hoy, los hijos e hijas de Arnoldo, no sólo trabajan en todos los continentes, sino que proceden de todos los continentes. Así como él fue ayudado por muchas personas, así hoy compartimos la vida y la misión con innumerables laicos que, junto a nuestras hermanas SSpS y SSpSAP, constituimos la “Familia de Arnoldo Janssen”.
Con un saludo fraterno, nos saludamos en este día de fiesta. Dios, Uno y Trino, fecunde la siembra en nuestras comunidades locales y en los espacios-tierra del REINO que caminamos. Que nuestros “sueños” y proyectos vayan enraizando en la Palabra y tomando vuelos en el Espíritu.
Un bendiabrazo en el Verbo Divino,
José Luis Corral svd